Es…

Es…
Es solo cerrar los ojo
Apretar fuerte las manos
Solicitar un deseo
Como hacen los carajitos.

Es escribir una carta
Al niño Jesús bendito
Milagroso muchachito
Nacido en cama de pasto.

Es descifrar garabatos
De mi niña chiquitita
Son sus creyones de cera
Las rayas en las paredes.

Son todos los corotitos
Las metras la perinola
Es el yoyo el gurrufio
Es la muñeca de trapo.

Es el ratoncito Pérez
Dejando una monedita
Y ver en mi muchachita
La mas radiante sonrisa.

Son todas sus peticiones
Son las canciones de cuna
Son las estrellas
la luna comida por ratoncitos.

Chavez es un lunerito
Lo llevan los muchachitos
Escondidito en el pecho
Lo cuidan con mucho amor.

Es la mas bella oración
Nacida del corazón
Eres esperanza y fe
Olor de tierra mojada.

Es el ángel de la guarda
Con su dulce compañía
Es el cuento de las noches
En voz de la madre mía.

Son ovejitas del campo
Es el olor del mastranto
Cafécito mañanero.

Es escuchar a lo
Lejos tonadas del
cabrestero.

Es la vaca mariposa
Cuidando a su becerrito
Son las flores de los campos.

Es agua de la sabana
Es canto del arrendajo
El arañero carajo
Cometiendo travesuras.

Llevandonos  a la locura
De persiguir la utopia
Convertir la fantasía
En la más bella verdad.

Dios te bendiga comanche
Sabemos regresarás
Sigue soñando caminos
La historia te absorberá.

Ramón Rondón

EL COCO DE LA IDEOLOGIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN Contra la Resolución 058 de nuevo asoman la “Operación Peter Pan”

Una decisión perfectamente constitucional del MPPPE ha vuelto a disparar los demonios de un sistema que se niega –sus razones tiene- a dar paso a transformaciones en el Sistema Educativo que den sentido y plenitud a su sagrada misión cual es la de formar hombres y mujeres para la igualdad, la participación y la libertad. Me refiero a la 058 que crea los Consejos Educativos. No podía ser otra manera, lo que tiene que morir antes de hacerlo patalea. Incapaz de entender que es imperativo adaptarse a los vientos de libertad e igualdad que surcan el mundo entero se empeñan en aferrarse al pasado.

El argumento de la derecha conservadora para entorpecer, sabotear e impedir el proceso de plenitud constitucional planteado en la esencia de la Constitución y la LOE es aquel según el cual “Ellos (la inmensa mayoría de la población) no quieren educación sino la Ideologización de nuestros muchachos” El “coco” de la ideologización es y será el fuerte en esta socorrida batalla de ideas. La derecha esconde lo fundamental: todo sistema cultural y educativo es ideologizador, lo es el sistema burgués-capitalista y por supuesto también lo es el sistema socializador establecido en la CBV y la LOE. El sistema capitalista que tanto terror muestra ante la ideologización tiene siglos ideologizando a través de “su” sistema educativo y “su” cultura dominante. No habría podido perdurar tanto tiempo sin ese manejo de la superestructura. Lo saben muy bien y por eso volverán a dar “su” batalla.

Una ideología es un conjunto de ideas que apoya y posibilita un sistema (económico, social, político, etc.) El sistema capitalista basado en la preeminencia y el culto a la competencia, al egoísmo, a la avaricia y la acumulación de riquezas -explotando al otro y a la naturaleza- posee “su” ideología y la impone. Esa ideología se comunica, se transmite, se contagia y, en fin, se hace presente a través de todos los medios a su alcance. La ideología consta de unos componentes: una representación armónica del sistema y un programa de acción. Con la primera, la sociedad adquiere un punto de vista particular de la realidad, un modo de aceptar, asumir y hasta desear esa realidad presente sin importar cuan injusta sea.

Por ejemplo, el abandono de muchos, su explotación, la indiferencia ante las necesidades de esos muchos debe contar con una estructura de pensamiento que lo encuentre normal, lógico y hasta necesario, un modo de ver que no cuestione la razón ética. El programa de acción tiene como objetivo acercar en lo posible el sistema real existente (injusto) al sistema ideológicamente pretendido. El capitalismo hace siglos que lo ideologiza todo, el socialismo pretende conformar una nuevo sistema de valores que ideologice a la sociedad en el humanismo, la solidaridad, la igualdad, la justicia y el amor al prójimo. Así que el tema no es “Educación sí, Ideologización no”, el tema es transformación de la educación para la sumisión y la muerte por la Educación y la Cultura para la libertad, el amor, la igualdad y la vida.

Esta tan socorrida “preocupación” por la ideologización de la educación no brota silvestre como la yerba, tiene sus centros orientadores en la Meca del control social: el imperio. En términos teóricos y prácticos el imperialismo consiste en la relación por medio de la cual un estado controla la soberanía de otro. Esto puede lograrlo la metrópolis imperial por medio de la fuerza o por la vía de la dependencia económica, social, cultural o educativa. La historia demuestra que el camino del dominio por la fuerza resulta costoso y poco estable puesto que debe mantenerse la presión de la fuerza sin descanso para sostenerlo. Una cosa es conquistar y otra es dominar. Véase el éxito de los EE.UU., para invadir Iraq en apenas horas y el fracaso clamoroso en ocuparlo. Requiere entonces el imperio un conjunto de factores que incluyan la convicción por parte de la sociedad invadida, dominada y saqueada, de lo deseable que resulta ser dominada. ¿Difícil? Pues sí, pero históricamente lo han logrado por milenios. Veamos:

Debe instalarse en el subconsciente social del dominado no sólo el miedo a la libertad, a la soberanía y a la independencia sino la admiración por la sociedad dominante. El dominado debe, -transculturación de por medio- admirar a quien lo domina e incluso, instalar el deseo supremo de parecerse y llegar a ser como el dominador.

Se arroja sobre la sociedad dominada una perspectiva del mundo y la historia imperiocentrista. Para el aparato educativo y cultural impuesto todas las otras expresiones alternativas no son más que giros irrelevantes de pueblos salvajes que confirman la superioridad de la civilización imperial. Se debe legitimar la superioridad, no sólo tecnológica, económica y militar, sino moral del imperio. De allí el empeño en modificar el hábitat local en todas sus expresiones hasta convertirlo en expresión de la cultura imperial. Esta transformación incluye todos los espacios materiales y espirituales. Sólo hay que darse una vueltita por cualquier calle de Caracas y ver como cada vez más se parece a una calle de Miami o New York por sus anuncios, reclamos y avisos, o darle una mirada a muchos de estos muchachos desnacionalizados, su música, sus gustos o sus deseos.

Vimos –por ejemplo- hace un par de años  la burla grotesca que se hacia en un spot publicitario de una de las expresiones folklóricas más queridas de nuestro pueblo: el aguinaldo navideño. Uno de los aguinaldos, tesoro de nuestras tradiciones, el “niño lindo”, era ridiculizado como algo despreciable, fuera de onda, y en su lugar exhibido como ejemplo una expresión musical del imperio. Sin anestesia ni vaselina se le dice al joven que lo nuestro es ridículo y que lo imperial es lo moderno, lo que es apetecible, lo que está en la onda. Más grave aún, hay quien propone hoy que para “ganarse” a los jóvenes no debemos moverles la conciencia sino las caderas y darles “lo que les gusta” reaggetón. Alí Primera, Carlos Ruiza y tantos cultores no tienen pegada, quedaron pa’los viejos. ¡Válgame Dios! Olvidamos que tienen esos “gustos” porque entre otras cosas son los gustos sembrados por las clases dominantes.

Frente a esto como problema, debemos añadir a la resistencia primaria y natural a todo cambio, la resistencia cultural para reconstruir los valores pulverizados por años de dominio capitalista, algo que Fidel llama “los reflejos condicionados” Frente a todo y como vía a la esperanza  debemos restaurar el amor por lo nuestro, el orgullo por lo propio y, en primer lugar, el nacionalismo, el amor a la patria por más que el capitalismo lo encuentre obsoleto.

Hemos sido brutalmente desnacionalizados. Hemos podido nacionalizar y rescatar el petróleo pero no lo hemos logrado –aún- con el hombre y la mujer, al menos, no lo hemos logrado con ese buen segmento de la población que conocemos como capas medias ¿Saben compatriotas? No lo lograremos dándole más de lo que les “gusta” o caramelitos sustitutivos con sabor a capitalismo. Tenemos la urgente necesidad de sustentar la resistencia al capitalismo, no sólo en la conciencia de injusticia sino en las razones de esa injusticia. Debemos nombrar y habitar nuestra tierra desde la autenticidad de nuestro origen y nuestra historia, hermosa, heroica, ajena y distinta a la historia imperial. Héroes, mitos y religión deben desimperializarse, por más que a muchos de estas y estos jóvenes les guste más Supermán o Batman que Florentino. La resistencia a la estructura imperialista se construye desde la conciencia militante de nuestros propios valores.

El imperio requiere de nuevas formas para asegurarse el control de nuestros recursos naturales, tanto humanos como materiales, llegarán es estos cuando dominen los primeros.

El sistema educativo y los medios de comunicación –ambos a una- juegan un papel relevante en este proceso que, Noam Chomsky, llama “fabricación del consentimiento” y que consiste en lograr que nuestros jóvenes acepten que lo bello, lo moderno, lo apetecible y lo deseable es lo imperial. Esto es algo que podemos ver todos los días, a toda las horas del día, en pantallas de televisión, emisoras de radio, vallas publicitarias, periódicos y revistas: patrones de belleza, arquetipos, modos de vida, paradigmas sociales, y en general todo el escenario cultural, responde a unos valores que denigran de lo nuestro, que exhiben lo nuestro como despreciable, desechable y feo. Lo blanco asajonado en todas las expresiones es omnipresente. Los medios de comunicación tienen el poder de penetrar en la cultura receptora hasta demolerla y eso lo han venido haciendo por años. Estos poderosos medios de desconstrucción cultural pertenecen al imperio o están en manos de sus sátrapas o adoradores vernáculos. Son estos mismos que hoy hacen todo lo posible por detener el efecto liberador, participativo y protagónico de la Resolución 058

Es claro que –para nosotros- el empeño debe ser integral e incluir el sistema educativo, pero la lucha cultural y educativa tiene una impostergable tarea por delante: Rescatar la cultura propia, el orgullo y el amor por lo nuestro. Es sólo desde esa perspectiva que podremos emprender esta difícil tarea de con posibilidades de éxito. La monumental capacidad que la globalización y las nuevas tecnologías de las comunicaciones ha colocado en manos del imperio la convierten en algo heroico. Sólo siendo, cada vez más, lo que somos podremos llegar a ser. Unamuno cuenta como, si un pececito admirase el vuelo libre de un pájaro e instalara en sus deseos el llegar a ser como el pájaro, empezaría a morir como pez. Incluso, si por algún milagro, alcanzara la mutación perfecta y llegara a volar, se tornaría pájaro imperfecto pero habría muerto como lo que era: un pez. Debemos mirarnos a nosotros mismos, construirnos desde adentro, sólo entonces podremos abrir las ventanas a lo ajeno sin que la ventolera borre nuestra identidad. Sin identidad no hay patria, sin Patria y Socialismo sólo habrá muerte.

“EL SOCIALISMO NO SE CONSTRUYE CON LAS ARMAS MELLADAS DEL CAPITALISMO”  Che

¡¡¡VENCEREMOS!!!

¡CUIDADO CON VAINAS!

Más que “Los mata votos” Luís Britto García “Los mata sueños”
Martín Guédez

El padre y amigo Miguel Matos escribía en estos días “¡Cuidado con vainas!” ¡Nunca mejor dicho! Estamos en medio del fragor de una batalla decisiva así que ¡Cuidado con vainas! El enemigo de clase es abyecto, procaz y tan diablo por viejo como por diablo de modo que lo menos que podemos hacer es no subestimarlo. Ese enemigo les ha infligido las más dolorosas derrotas a los pueblos a lo largo de milenios y no posee límites éticos para manipular conciencias no bien equipadas. Caminando por esta Venezuela de nuestros amores y tormentos desde nuestros días mozos, no es difícil advertir una intolerable diferencia entre el amor y la pasión que despierta el Comandante y Líder de la Revolución y la desconfianza y rechazo que suscitan muchos de los funcionarios públicos cuya obligación es materializar y fortalecer esos sentimientos de amor.

Buena parte de los desalientos, dolores y heridas que encontramos en el corazón de nuestro pueblo tienen su origen y razón en la existencia de unos funcionarios públicos que entraban, obstaculizan y maltratan a un pueblo que acude a ellos confiando en que en ellos encontrarán una suerte de extensión del amor que el Comandante inspira.

Cierto que nada de esto debe ser obstáculo para no cejar en el empeño de construir la Patria que queremos ¡Cierto! “Cuando el clarín de la Patria llama hasta el llanto de la madre calla” mucho más deben callar los dolores cotidianos ¡Cierto! Nada justifica la traición a la Patria y a la humanidad ¡Nada! ¡Pero estoy persuadido de que al pueblo humilde, sencillo e ingenuo le cuesta mucho! Cada vez que se deja sin respuesta oportuna la necesidad de un compatriota, incluso cada vez que más que el silencio, el desdén toma forma de burla –si no  intencional al menos así sentida por la víctima- se está haciendo mucho más contra la Revolución y la Patria que todo cuanto pueda hacer la malicia del enemigo histórico con sus manipulaciones, sus mentiras y sus medios.

De esto tienen que tomar conciencia todos los funcionarios públicos, desde los porteros o recepcionistas hasta las ministras o ministros. Absolutamente todos los funcionarios públicos –sin importar su jerarquía- tienen que tomar conciencia de que son servidores públicos, pero mucho más allá, tienen que internalizar con el alma que son combatientes por la vida cuya responsabilidad consiste en visibilizar y encarnar los valores de una Revolución Socialista.  Tienen que asumir –mucho más allá del sueldo o el cargo- que cada uno de ellos significa la esperanza largamente acariciada de un pueblo y eso vale mucho más que todas las riquezas materiales y honores de esta vida.

La sociedad que estamos construyendo tiene como eje central, como alfa y omega al hombre, al ser humano, al prójimo, a ese ser humano en permanente proceso de transformación que se pone de manifiesto en cada acción por pequeña o cotidiana que sea o parezca. Construimos sobre estas bases o todo estaría perdido una vez más. Estamos obligados desde cualesquiera que sea la trinchera donde nos corresponda dar la batalla (educadores, servidores públicos, obreros, estudiantes, deportistas, etc., etc.) a ser portadores de una ética nueva caracterizada por ir más allá de los valores materiales –pesada carga aprendida- hacia los valores espirituales del amor al prójimo.

Enfrentamos el gravísimo desafío de las mismas fuerzas malignas que crucificaron a Jesús o redujeron a la soledad de San Pedro Alejandrino a nuestro Simón Bolívar. Sólo disponemos de una invencible fortaleza para alcanzar la victoria: el amor, la conciencia y la entrega. Debemos persuadirnos de corazón de que debemos emplear nuestros mayores esfuerzos en cultivar estos valores del hombre nuevo o seríamos causantes de la derrota –hoy o mañana, no precisamente el 7 de octubre- a manos del mismo hombre viejo que habita en nosotros mismos.

El Che, modelo de hombre nuevo, estaba consciente de este itinerario, de este duro éxodo por el desierto hacia la «tierra prometida» y decía que «la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica son los dos pilares de la construcción de la nueva sociedad…», vale decir, la técnica en el ejercicio eficaz de las responsabilidades y la espiritualidad socialista para que esa técnica esté siempre al servicio del pueblo

Es imposible alcanzar la sociedad nueva sin esa conciencia. No es suficiente con el ordenamiento y desarrollo de las fuerzas productivas, se hace imprescindible la conciencia socialista. La conciencia convertirá en natural y fluida la calidad del servicio como elemento inseparable de la razón de vida. La conciencia es la que hace posible que se resuelva la contradicción indudable del hombre satisfecho en lo personal mediante el servicio al colectivo sin que lo perturben las urgencias de sus propios intereses.

La calidad del servicio se torna así una obligación para el servidor público socialista simplemente porque esa actividad satisface la necesidad del pueblo, y ese pueblo significa el fin último de todos sus desvelos. Ha de internalizarse el doble carácter del trabajo en la administración pública donde no debe existir el dilema entre trabajo individual o privado y el trabajo social tal como existe en ese capitalismo maligno que debemos superar. El trabajo personal se convierte así en trabajo para el colectivo, en trabajo para todos, en contribución a las necesidades sociales eje y razón fundamental del ser socialista.

Una sociedad nueva exige la creación de un hombre nuevo que la protagonice, una nueva conciencia de lo social que se coloque por delante de lo individual. El trabajo como servicio, entrega y realización plena es el instrumento más eficaz para ir edificando ese hombre nuevo. Un hombre nuevo que en esencia tiene que ser solidario, generoso, humano y fraterno; un hombre capaz de ver en todos a sus hermanos y por tanto amarlos como a sí mismo. Un hombre que sabe más para servir mejor, sin tolerarse mediocridades, exigiéndose a sí mismo la excelencia. Un hombre que sea capaz de vivir como piensa y más aún, de vivir como sueña.

“LA REDENCIÓN Y EL SOCIALISMO ESTÁ EN NUESTRAS PROPIAS MANOS” (Canción de Carlitos Ruíz)

¡¡¡VENCEREMOS!!!

 

LAS ELECCIONES DEL 7 DE OCTUBRE

Una gravísima responsabilidad histórica de todas y todos
Por, Martín Guédez

Realmente imposible encontrar en la historia de las elecciones propias de la democracia burguesa alguna en la cual el enemigo histórico tenga más en juego. El capitalismo se juega a Rosalinda con todo y los dados. Enfrenta una gravísima crisis producto de sus propios desvaríos y ambiciones desbocadas. Sólo podrá salir de ella –para horror de la humanidad- si logra regresar la rueda de la historia a tiempos en los cuales accedió a nuestros recursos naturales como si fueran propios. No existe la URSS, el campo socialista no posee hegemonía militar capaz de obligarlo a pensar antes de agredir. Un gran obstáculo separa al capitalismo del sueño restaurador: la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez Frías y el despertar de los pueblos.

El dilema hemos de colocarlo en su justa dimensión. El capitalismo sí tiene programa de gobierno. No es cierto que no lo tenga. Impresentable pero lo tiene. Su programa de gobierno es el único programa histórico que arrasó con más de un millón de republicanos españoles de la mano de Franco. Es también el programa de Pinochet en el Chile del presidente mártir Salvador Allende. Es el programa que aplicó en Afganistán, en Iraq o más recientemente en Libia. Es ese y no tienen otro porque para vencer a los pueblos necesitan del engaño y de la fuerza jamás de la razón ética. Para la Venezuela Bolivariana claro que el imperialismo tiene su “programa” Un “programa” de extirpación –como se hace con una espinilla molesta en la cara- de todo vestigio de soberanía e igualdad germinando en nuestra Revolución acompañada de su pueblo más consciente.

Todo cuanto pueda imaginarse y aún más se pondrá al servicio de esta operación quirúrgica contra la Revolución Bolivariana. Históricamente los pueblos vencen a los más feroces imperios cuando los enfrenta armado de resolución y conciencia. Nuestro pueblo venció al imperio español y volverá a hacerlo contra las fuerzas demoníacas del momento si toma plena conciencia de su insuperable papel histórico en defensa de la humanidad. Por nuestras venas corre sangre de libertadores. Corre sangre y espíritu de Bolívar, cuya gota única bastaría para vencer todos los imperios.

La batalla exige entendimiento y razón. El enemigo se disfraza de las más impensables maneras. La confusión, el engaño y el desaliento son sus principales armas previas al uso de las armas de plomo y fuego. Estas saldrían a relucir sólo si derrotan al pueblo en el ámbito de las ideas. En esa etapa se encuentra la derecha en este momento. Es la etapa del engaño, de la confusión, del desaliento inducido.

Debemos estar prevenidos. Jamás seríamos derrotados en la batalla de las ideas porque si, parafraseando a don Miguel de Unamuno “para vencer les sobra la fuerza, para convencer necesitan la razón y esa no la tendrán nunca” Si nuestras ideas van acompañadas –como debe ser- por acciones coherentes con estas ideas no sólo los venceremos sino que no se atreverán a provocar la ira de un pueblo consciente.

Ofrecerán –como en el cuento del lobo y los corderitos- amor y servicio enmascarados de buena gente amigos de los humildes. Pedirán –justo como en el cuento citado- que el pueblo abra sus puertas mostrando sus pezuñas de lobos blanqueadas con harina. Si el pueblo –confundido- abre la puerta se darán el festín sanguinario tragándose a los “corderitos”. Así lo han hecho siempre. Es su naturaleza, como la del alacrán. Ahí está la historia como profeta que mira hacia atrás. Conducido al sepulcro Bolívar la venganza contra el pueblo hizo palidecer la violencia de los colonizadores españoles.

Pueblo de Venezuela: nunca antes la responsabilidad del voto fue tan dramáticamente trascendente  Estamos obligados por la historia a no esterilizar el sacrificio de aquel hombre colgado de la cruz en el Gólgota. Tenemos la responsabilidad ineludible de fecundar con patria e igualdad la soledad de San Pedro Alejandrino y gritar exultantes “No araste en el mar Padre, tenemos patria” tenemos que bañar de luz la mesa encementada de aquella escuelita en La Cañada con los ojos del Che escudriñando los haceres de los pueblos.

Pueblo de Venezuela ¡Tú tienes la palabra!